La Cirugía Oral es la especialidad de la Odontología dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de alteraciones, lesiones y patologías de la cavidad oral y sus estructuras conexas.
La corrección de las alteraciones y patologías de la cavidad oral permite una mejora significativa de las capacidades estéticas y funcionales, agudizar las funciones fonética, masticadora y deglutidora, y en muchos casos en términos de autoconfianza y desenvolvimiento social de los pacientes.
Los casos más complejos requieren de otras especialidades como implantología, prostodoncia, periodoncia y ortodoncia para trabajar en coordinación con la cirugía oral, priorizando, en estas condiciones, un plan de tratamiento integrado y multidisciplinar.
La extracción de un diente puede ser necesaria por varias razones, incluyendo la existencia de caries extensivas, pérdida severa de hueso por infección o la necesidad de ganar espacio en la arcada. Pese a que normalmente se lleva a cabo bajo anestesia local, las extracciones pueden implicar diferentes grados de complejidad.
La no erupción de un diente puede ser ocasionado por varias razones, siendo una de las más comunes la ausencia de espacio en la arcada. Si no se les extrae, la presión constante causada por el intento de erupcionar puede acarrear varios problemas tales como las destrucciones de los dientes contiguos, inflamación, dolor y apiñamiento. Al ser los últimos en crecer, las muelas del juicio sobre las que más frecuentemente permanecen incluidas. Sin embargo, hay también situaciones en las que el cuerpo produce dientes extra, los dientes supernumerarios, sin espacio para erupcionar.
Su eliminación también requiere de la intervención de cirugía oral. En el origen de algunos quistes puede encontrarse dientes incluidos que no han sido extraídos. Hay casos en los que la infección o quiste está localizado en el ápice de la raíz del diente. En estas situaciones, se recomeinda el tratamiento endodóncico o re-tratamiento. Si la infección persiste, la eliminación del quiste deberá ser realizado mediante cirugía.
Responsables de la producción de la saliva, las glándulas salivares pueden sufrir disfunciones, cuyos síntoma más frecuente es la boca seca. Con repercusión en términos de masticar, deglutir, nutrir, habla y respiración, su origen se debe a infecciones virales o bacteriales, disrupción sistémica (tal como el síndrome de Sjögren, Lupus, diabetes o Alzheimer), tumores. Para determinar la causa de las patologías de las glándulas salivares, los medios de diagnóstico usado más frecuentes son los rayos X, escáner y la evaluación del flujo salivar.
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